jueves, 20 de mayo de 2010

Cumpliendo condena

- Creo que si sentiste ese amor que te desgarra, que desdibuja, que no puede ser vivido de otra forma que con intensidad; si te enamoraste con tu vida entera, con los dientes, los ojos, las broncas, toda tu ilusión, todo tu ánimo; si amaste y te animaste a dejar la piel ahí, entonces tendrás que cumplir la condena que puede ser o la soledad hasta el fin, o la búsqueda eterna hasta debajo de los muebles, adentro de los zapatos, o la conformidad a consciencia. A menos que seas un absoluto afortunado y te suceda otra vez. Todo lo demás, es cotillón.

- Ay, es que el amor es tan incómodo, Marina. Si no, mirá a esos que vienen ahí corriendo de la mano. Es lo más incomodo del mundo.

- Gran metáfora.

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