martes, 9 de noviembre de 2010

Si te recuerdo

Si te recuerdo por mostrarme el camino de la pelea, del moretón de tinta del primer paso; si te recuerdo por la risa, por tanto ácido sobre mis mejillas; si te recuerdo por el llamador de torpezas de tus silencios, por el banco de plaza en que te vi; si te recuerdo por hacer de mi jerga un laberinto, por tu osadía y tus rechazos condescendientes; si te recuerdo por el lenguaje, por mi más blanca piel bajo tu boca, por la pluma del cambio de sol y el calidoscopio de las esperanzas; si te recuerdo por el baile de verano bajo la lluvia, por la emoción de un recital vibrando en tu cuello, por el paisaje de una ventana; si te recuerdo por haberme dado lo peor de mí mientras construías la irrealidad posible; si te recuerdo por haberme enseñado que amar no es una acción y que las ideas nos salvan cuando los miedos nos ahorcan; si te recuerdo por ser el hombre capaz de convertir una mirada en el mundo entero, por tu temblor bajo mis labios; si te recuerdo por escribir mi poesía, por romper el reloj y fabricar temporadas paralelas, es que entonces te habrás ido y yo estaré tomándome de los recuerdos menos bellos, para aplacar el sufrimiento que me provocaría contemplar el arte que pintamos, aquella noche en que la polea del sueño me arrastró hasta su oscuridad y vos, salido de mí y goteante aun, aferraste mi cuerpo al paraíso, sosteniéndome con tus dos manos.

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