lunes, 5 de julio de 2010

Esa mujer que me desvela

-Al terminar La fuerza de las cosas, usted dice: “Con estupor, calculo hasta qué punto he sido defraudada”. Todo el mundo ha hablado de esa frase, y la ha interpretado de modo diferente. Hoy se presenta la ocasión de que usted la explique.

-SIMONE DE BEAUVOIR: Hay que reubicar la frase en su contexto. Digo: cuando comparo lo que ha sido mi vida con lo que soñaba la adolescente que fui a los quince o dieciséis años, aunque esta vida haya cumplido con todas las promesas que me hacía en esos momentos, bien, hay… entonces creo que cito los versos de Mallarmé: “Ese perfume de tristeza que, aun sin lamentos y sin pesar, deja de cosecha de un sueño en el corazón de quien lo ha cosechado…”, algo como esto. Eso era lo que yo quería decir. Luego hay un texto de Sartre, en El ser y la nada, creo, que explica que el porvenir, cuando se lo sueña en tanto que porvenir, es algo hacia lo que se tiende, que está rodeado de un montón de espejismos. Y aun si el porvenir se cumple exactamente como se lo soñó, ya no es el sueño, puesto que es la presencia, está allí, está limitado a sí mismo y se convierte en algo terminado, mientras que el deseo y el sueño son cosas indefinidas.
Por lo tanto hay un desplazamiento entre el porvenir previsto, deseado, esperado, augurado, y el porvenir realizado que se ha convertido en el presente. Esto es lo que he querido decir.
(…)
Cuando se vive como yo lo he hecho, forzosamente se termina por considerarse defraudada.


Simone de Beauvoir, Por ella misma.

No hay comentarios: